viernes, 29 de enero de 2010

Los peces huérfanos


Con 91 años uno ya llega, como decía el poeta de lo muros de su patria, de la carrera de la edad cansados. Murió y deja huérfanos a esos peces plátano de los que uno nunca oye hablar hasta que él te lo cuenta, o contaba. Para muchos era un genio de las letras y otros no podían soportarlo. Es lo que tienen esas mentes locas, o se les perdona o se les aborrece. Ahora lo honrarán y con el duelo vendrán las palabras hinchadas. Habrá Salinger para rato, pero yo les aconsejo eso que dice el refranero: que Dios te libre del día de las alabanzas.

A.H.M.

jueves, 28 de enero de 2010

D.E.P (Descanse En Paz)


Muerte, ¿qué es la muerte?
¿Un vacío, rellenado por la nostalgia y el recuerdo?
No se, se me antoja más complejo, aunque es algo inherente a la vida. No podemos olvidarnos de aquel que en vida conocimos y en la muerte olvidaremos. Tal vez, ese sea un miedo a la muerte, algo completamente estúpido y humano; miedo al olvido, a no ser recordados nunca por nadie más. Haber existido sin dejar traza o huella alguna, haber sido el mismísimo fantasma. Mas, todos habitamos en los corazones de las demás personas que te quieren, claro está, si tienes suerte.
Al final, polvo al polvo, y por no herirnos, guardamos los recuerdos de los fallecidos en el fondo de nuestra memoria, encerrado bajo llave; llave llamada nostalgia y sufrimiento. Pero, no sería mejor recordar las grandes acciones que hicieron en vida; ya que si no enterramos ese recuerdo, los muertos seguirían existiendo, en forma benevolente, el los cerebros de sus seres queridos.
De todas formas, me pregunto, ¿alguien podría desear la muerte a otra persona; acaso hay acto que justifique el homicidio?
Tal vez, pero seguimos siendo humanos, animales, el sentido de la supervivencia es innato en nuestros genes.
Morir sin perecer es presencia eterna. Lao Tse

R.I.P Salinger

El misterioso escritor falleció este miércoles por la noche a los 91 años. El hombre que concibió El guardián entre el centeno (The catcher in the rye), una polémica novela que no deja indiferente a nadie y que aún hoy en día sigue vendiendo miles de ejemplares, deja tras de sí una estela de enigmas. Dejó de publicar en los 60 y se dispuso a vivir recluido alejado del resto del mundo. Un maestro de las letras, sus textos, de gran complejidad pasarán a la historia, junto con una vida que nadie podrá comprender.  En definitiva, ha muerto un hombre del que poco sabemos (reclusión, locura, numerosas obras sin publicar), aunque el legado que ha dejado, tanto en el ámbito de la novela como en el del relato corto, nunca será olvidado.

R.I.P. Salinger (9 cuentos, Franny y Zooey, Levantad, carpinteros, la viga del tejado, Seymour: una introducción y el grandioso El guardián entre el centeno)


lunes, 25 de enero de 2010

Sobre el humano

¿Qué sientes tú entonces? No dejas de mirar sus ojos muertos, ¿es arrepentimiento? No, sigue latente el odio, las quemaduras, la sangre. Entonces comienzas a reir. Como una sonata desafinada que se entremezcla con todas las palabras que te dijo antes y después de saber que iba a morir. Pero no es alegría tampoco... Y es curioso, ¿no? Llora, patalea, se rinde, grita, forcejea, te insulta. ¿Para qué? La vida es sólo eso, y tú lo acabas de demostrar ¿Y ahora te duele? ¡Qué irónico! No lo puedo creer... ¿por qué este cambio? Ja! Das pena. Tu risa se torna en llanto... Por un momento pensé que serías diferente.

LMM

jueves, 21 de enero de 2010

Cadalso - Mirrors

Cuando te sientes a llorar
frente a la puerta, a la cual
el eco de tus pasos fue a llamar.

Cuando, como perro vencido
y apaleado, por no reflejarse
su mirada en un charco
(no un charco de cualquiera,
un lago de sueños rotos)
tus palabras ya no hablen...

When I write,
like when I bleed,
linking words
and linking dreams...

then, it hurts to see
the reflection of the person
that I once thought to be me.

And yet it vanishes in the fog,
of my brains, of my greed,
never knowing whether it is an illusion,
or just the echo of my screams


LMM

lunes, 18 de enero de 2010

Soledad en re menor


Es uno de esos momentos,
las voces no callan.
Cerveza, tabaco y cerveza.
Agria melodía en el bar.
Un hombre viejo se sienta a mi lado,
llora.
Ya hay cien risas y dos llantos.
Vuelve a sonar la misma canción
sobre la barra.
El viejo se agarra el pecho con fuerza,
al fin y al cabo,
duele mucho más en multitudes.
Cerveza, tabaco y cerveza.
Sin darme cuenta
he comenzado a tararear.
Otra noche avanza lentamente,
siempre en re menor.


LMM