domingo, 11 de octubre de 2009

Sinfonía de Osaka: Finale (Parte 4)


A la mañana siguiente Miquel salió temprano intentando ignorar el dolor de cabeza. Tardó media hora en darse cuenta de que se había perdido. Otra vez. <> pensó, mientras respiraba profundamente. Fue a sacarse uno de sus cigarrillos, pero la caja estaba vacía.
- Joder - se llevó las manos a los bolsillos, tanteando nerviosamente, se empezó a sentir mareado.
Temblando, se dispuso a cruzar la calle hacia el parque que estaba en la acera contraria. Nunca llegó. Estuvo consiente unos pocos segundos después de que la furgoneta impactará contra él. Había dejado de temblar, no había dolor. Si no hubiera tenido la mandíbula dislocada, una sonrisa irónica habría ocupado su cara. Un hilo de sangre avanzaba lentamente, cada vez más ancho. Cuando Miquel perdió el conocimiento todavía no había logrado entenderse. Como él mismo había dicho sobre los sueños: “nunca se cumplen”.

LMM

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