Cada vez que un libro o una película cuentan la historia, no vemos lo mismo.
Un libro de texto recoge la historia universal desde la Antigüedad hasta la Edad Moderna, otro la Contemporánea y nuestra memoria plasma en un examen horas de estudio sacadas de esos libros. Un tema resume un siglo, una revolución, una restauración. Un párrafo diez años y una frase cifras y conceptos. La historia se reduce a conceptos.
Yo no sentía nada cuando en el examen me preguntaron por Robespierre en el examen. Ahora me pregunto por las personas que sufrieron el Estado del Terror que tan lindamente expliqué. Y como esta, muchas más.
Viendo cualquier película que lo rememore, leyendo cualquier libro que lo narre parece que lo haya vivido. Serán las formas más que de contarlo, de hacerlo trascender. El papel, los textos deben trascender. Nadie puede quedarse indiferente después de saber lo que sabe. La historia no acaba después de un examen, ni siquiera mañana.
Dicen que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla. Más nos vale pasear por cualquier ciudad, mirar los edificios que nos rodean, el suelo que pisamos y saber lo que pasó. Por allí caminaron personas, no párrafos.
Un libro de texto recoge la historia universal desde la Antigüedad hasta la Edad Moderna, otro la Contemporánea y nuestra memoria plasma en un examen horas de estudio sacadas de esos libros. Un tema resume un siglo, una revolución, una restauración. Un párrafo diez años y una frase cifras y conceptos. La historia se reduce a conceptos.
Yo no sentía nada cuando en el examen me preguntaron por Robespierre en el examen. Ahora me pregunto por las personas que sufrieron el Estado del Terror que tan lindamente expliqué. Y como esta, muchas más.
Viendo cualquier película que lo rememore, leyendo cualquier libro que lo narre parece que lo haya vivido. Serán las formas más que de contarlo, de hacerlo trascender. El papel, los textos deben trascender. Nadie puede quedarse indiferente después de saber lo que sabe. La historia no acaba después de un examen, ni siquiera mañana.
Dicen que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla. Más nos vale pasear por cualquier ciudad, mirar los edificios que nos rodean, el suelo que pisamos y saber lo que pasó. Por allí caminaron personas, no párrafos.
A. H. M.
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