¿A qué esperamos? Lo hemos visto otra vez. ¿Cuánto ha pasado desde el fracaso de Copenhague? Siempre hacemos lo mismo. Gritamos, nos quejamos, pataleamos. Solos, pegados a nuestro sillón mientras observamos con indignación a hombres trajeados. Ya se han olvidado.
No os preocupéis, que en cuanto terminen las fiestas nos volveremos a acordar durante unos segundos de toda esta mierda. Volveremos a ponernos nuestras máscaras de socialistas, comunistas, conservadores o liberales; aquella que nos haga vivir más feliz. Y volveremos a vivir lo mismo de siempre, las mismas frases, las mismas caras... Sinceramente, no estoy seguro de que celebremos un año nuevo.
¿Merece la pena? No. Y sin embargo no puedo evitar escribir estas confusas líneas sin estructura. Un café antes de volver a preguntarse qué puede hacer un hombre contra Dios.
LMM
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